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El desperdicio de materiales en obra es resultado de múltiples factores que, en conjunto, pueden comprometer la eficiencia del proyecto. Identificarlos permite aplicar medidas correctivas oportunas
En cualquier proyecto de construcción, uno de los principales desafíos es evitar el desperdicio de materiales. Ya sea por errores de cálculo, manejo deficiente o mala planeación, el exceso de residuos impacta directamente en los costos, en los tiempos de ejecución y en el entorno.
Saber cómo reducir desperdicios en obra no solo mejora los costos del proyecto, también contribuye a una construcción más sostenible. Por ello, en este artículo te compartimos estrategias prácticas, el uso de materiales adecuados y el papel de la tecnología para lograrlo.
Reducir los residuos en tus proyectos de construcción va más allá de una simple buena práctica, es indispensable por las siguientes razones:
El desperdicio de materiales en obra es resultado de múltiples factores que, en conjunto, pueden comprometer la eficiencia del proyecto. Identificarlos permite aplicar medidas correctivas oportunas:
Los cálculos imprecisos durante la etapa de presupuesto o proyecto generan compras excesivas o insuficientes. Esto no solo eleva los costos, sino que puede derivar en retrasos o acumulación de sobrantes que terminan desechándose por falta de uso futuro o espacio de almacenamiento.
Una mala logística en la entrega, almacenamiento o uso de materiales provoca deterioro, pérdidas o doble manejo. Almacenes improvisados, falta de señalización, mala ventilación o exposición directa al sol y la humedad pueden arruinar insumos como cemento, yeso, madera o pinturas, reduciendo su vida útil antes de ser utilizados.
Durante la ejecución, los cortes imprecisos y la falta de cuidado en la manipulación de materiales como cerámica, varilla, madera o tuberías generan fragmentos no aprovechables. A esto se suma la ausencia de protocolos para reutilizar retales o piezas sobrantes, lo cual incrementa innecesariamente el volumen de residuos.
Las obras que no protegen adecuadamente sus materiales ante lluvias, viento, radiación solar o contaminación, aumentan el riesgo de deterioro prematuro. Además, el manejo sin herramientas adecuadas o por personal no capacitado puede provocar fracturas, deformaciones o pérdida total del material.
Reducir desperdicios en obra no depende de una sola acción, sino de una combinación de prácticas inteligentes que abarcan desde la planeación inicial hasta la ejecución diaria en el sitio. Estas son algunas de las estrategias más efectivas:
Una buena planeación es la base de todo proyecto eficiente. Incorporar un diseño modular y estandarizado permite reducir variaciones innecesarias en cortes o ensamblajes, disminuyendo la generación de sobrantes.
Desde las primeras etapas del proyecto, es crucial estimar con precisión las cantidades de materiales, considerando tolerancias realistas y márgenes de pérdida controlados.
Además, una gestión de inventario ordenada, con registros actualizados y controles periódicos, evita la duplicación de compras, reduce pérdidas por caducidad o daño, y asegura el uso eficiente de los recursos disponibles.
La elección de insumos también juega un papel clave. Priorizar materiales con contenido reciclado, como acero reutilizado o concreto triturado, ayuda a disminuir el impacto ambiental y, en muchos casos, reduce costos.
Optar por materiales con mayor vida útil, que requieren menos mantenimiento o reemplazo, también contribuye a la sostenibilidad general del proyecto. Es recomendable buscar productos que cuenten con certificaciones ambientales como LEED, ISO 14001 o similares, que avalen su origen responsable.
Además de su menor impacto ambiental, estos materiales pueden integrarse sin comprometer la resistencia ni durabilidad de la estructura. Adoptar este enfoque impulsa una cultura de cero residuos en la industria de la construcción.
El uso de tecnología favorece la prevención de errores y el reaprovechamiento de materiales. Los sistemas de construcción prefabricada optimizan tiempos, evitan cortes innecesarios y reducen considerablemente los desperdicios en obra.
Por ejemplo, el Modelado de Información de Construcción (BIM) permite visualizar y planificar cada detalle de forma anticipada, identificando conflictos antes de llegar al sitio, lo que reduce retrabajos y errores de instalación.
Asimismo, la maquinaria de procesamiento en sitio, como trituradoras móviles para concreto o cribadoras de arena, permite reutilizar escombros y transformarlos en nuevos insumos para la misma obra.
Reducir el desperdicio en obra no es solo una meta deseable, sino una necesidad para quienes buscan eficiencia, rentabilidad y responsabilidad ambiental. Adoptar nuevas tecnologías, mejorar la planificación y elegir materiales sostenibles son pasos clave en esta transformación.